Buenos días chicos/as.
La publicación de hoy la vamos a dedicar a conocer el tipo de pies que tenemos. En el deporte, muchas de las lesiones tienen su origen en la cadera, en una falta de fortalecimiento general de nuestra musculatura y en la forma en la que pisamos con nuestros pies. Por ello, nos vamos a centrar en conocer los diferentes tipos de pies que pueden aparecer.
PIES PLANOS
El pie plano es un pie que presenta una bóveda plantar con menos altura de lo normal. Suele acompañarse con un aumento de anchura en la zona del mediopie. En los primeros años de vida es normal que el niño/a casi no tenga arco plantar cuando anda sobre una superficie plana. Ello se debe a la flexibilidad de las articulaciones del pie y a la presencia de una almohadilla grasa en su borde interno. En cambio, cuando se pone de puntillas, se puede ver cómo se forma un arco en su pie y ello refleja que el pie es normal.
Además del aspecto que presenta un pie plano, existen otros síntomas que pueden estar indicándonos que sufrimos esta afección:
+ Dolor en la musculatura de la zona interna de la pierna. Se puede producir una tendinitis por no trabajar de forma correcta.
+ Dolor en el dorso al hundirse el pie: Los huesos en la zona dorsal arriba se pellizcan y se producen picos artríticos.
En las actividades físicas, cuando se tiene un pie plano, se suele decir que la pisada de la persona que la practica es pronadora, porque ejerce mayor fuerza en la parte interna de su pie. Una forma sencilla de comprobar que estamos pisando de forma correcta es observar con atención la zona del talón de nuestro calzado, el desgaste que se aprecie debe ser uniforme, lo que reflejará una pisada normal o neutra.
PIES CAVOS
El pie cavo es un pie que presenta un bóveda plantar con más altura de lo normal. Suelen ser pies más cortos en cuando a talla de calzado, debido a la retracción que se genera en toda la musculatura. Siempre es aconsejable acudir a un especialista para saber qué tipo de pie cavo se trata y cuál sería el mejor tratamiento. El pie cavo puede acompañarse de una desviación del eje hacia el interior, exterior o mantenerse neutro. Son pies habitualmente más reactivos y explosivos, debido a la cantidad de retracción y potencia muscular que los caracteriza. Entre los síntomas de tener un pie cavo aparecen:
+ Dolor en la musculatura de la zona plantar del pie: al estar trabajando con mucha retracción, se pueden generar microrroturas de las estructuras músculo-ligamentosas.
+ Dolor en el dorso del pie y en los dedos, al encontrarse demasiado prominentes. Se suelen producir los famosos dedos en garra, por la deformidad de las falanges (huesos).
+ Dolor en la almohadilla plantar de la zona delantera del pie.
+ Sensación de inestabilidad o aparición de esguinces por repetición, y que no se produce un buen apoyo.
Existen diferentes tipos de pies cavos, que se pueden clasificar en función de la posición del talón y posición del antepié:
+ Pie cavo neutro: el eje del talón se queda alineado respecto al eje de la pierna.
+ Pie cavo valgo: el eje del talón se desvía hacia dentro respecto al eje de la pierna, generando la tendencia a pisar con la zona interior de la planta del pie.
+ Pie cavo varo: el eje del talón se desvía hacia fuera respecto al eje de la pierna, generando la tendencia a pisar con la zona exterior de la planta del pie.
En las actividades físicas, cuando se tiene un pie cavo, se suele decir que la pisada de la persona que la practica es supinadora, porque ejerce mayor fuerza en la parte externa de su pie.
En las actividades físicas, cuando se tiene un pie plano, se suele decir que la pisada de la persona que la practica es pronadora, porque ejerce mayor fuerza en la parte interna de su pie. Una forma sencilla de comprobar que estamos pisando de forma correcta es observar con atención la zona del talón de nuestro calzado, el desgaste que se aprecie debe ser uniforme, lo que reflejará una pisada normal o neutra.
El pie cavo es un pie que presenta un bóveda plantar con más altura de lo normal. Suelen ser pies más cortos en cuando a talla de calzado, debido a la retracción que se genera en toda la musculatura. Siempre es aconsejable acudir a un especialista para saber qué tipo de pie cavo se trata y cuál sería el mejor tratamiento. El pie cavo puede acompañarse de una desviación del eje hacia el interior, exterior o mantenerse neutro. Son pies habitualmente más reactivos y explosivos, debido a la cantidad de retracción y potencia muscular que los caracteriza. Entre los síntomas de tener un pie cavo aparecen:
+ Dolor en la musculatura de la zona plantar del pie: al estar trabajando con mucha retracción, se pueden generar microrroturas de las estructuras músculo-ligamentosas.
+ Dolor en el dorso del pie y en los dedos, al encontrarse demasiado prominentes. Se suelen producir los famosos dedos en garra, por la deformidad de las falanges (huesos).
+ Dolor en la almohadilla plantar de la zona delantera del pie.
+ Sensación de inestabilidad o aparición de esguinces por repetición, y que no se produce un buen apoyo.
Existen diferentes tipos de pies cavos, que se pueden clasificar en función de la posición del talón y posición del antepié:
+ Pie cavo neutro: el eje del talón se queda alineado respecto al eje de la pierna.
+ Pie cavo valgo: el eje del talón se desvía hacia dentro respecto al eje de la pierna, generando la tendencia a pisar con la zona interior de la planta del pie.
+ Pie cavo varo: el eje del talón se desvía hacia fuera respecto al eje de la pierna, generando la tendencia a pisar con la zona exterior de la planta del pie.
En las actividades físicas, cuando se tiene un pie cavo, se suele decir que la pisada de la persona que la practica es supinadora, porque ejerce mayor fuerza en la parte externa de su pie.
La actividad voluntaria que podemos intentar realizar con esta entrada será que, con los conocimientos básicos que hemos puesto aquí sobre pies planos, pies cavos o pies neutros, detectar qué tipo de pies tenemos nosotros y, en su caso, los de nuestros familiares. Por último, podéis realizar los ejercicios que aparecen en el siguiente vídeo sobre el fortalecimiento del pie. Si os apetece, me enviáis vuestras impresiones al correo: educacionfisica.ieselrubio@gmail.com
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